lunes, 26 de enero de 2015

                             Fenómeno "lo tengo en la punta de la lengua"

El fenómeno de tener una palabra en la punta de la lengua (o PDL, como se conoce en el medio científico) ha revelado interesantes hallazgos en el laboratorio. Así, durante ese estado de intensa sensación de conocer la palabra, a la cual no se accede, recordamos cierta información sobre el término buscado.
En muchas ocasiones incluso se recuerdan detalles como el número de sílabas, la letra inicial y final, y la ubicación del acento principal. Además, intentamos buscar sinónimos o palabras alternativas como una estrategia para inferir y pronunciar la palabra. Todo esto demuestra que el proceso de la recuperación de las palabras no es de todo o nada, sino que las representaciones fonológicas y semánticas de las palabras son independientes y se apoyan mutuamente.
Otra peculiaridad del fenómeno PDL es que ocurre en mayor medida con nombres propios, seguidos por nombres comunes, y en último lugar están los verbos y los adjetivos. Los estudiosos del cerebro y la conducta también han determinado que este fenómeno es común y frecuente, aumentando su incidencia con la edad. Sin embargo, cuando las exigencias ambientales son elevadas, como durante los períodos de exámenes para los estudiantes, la frecuencia del PDL también es alta.

 El cerebro, ese poderoso centro donde se procesa y almacena toda la información y los datos de los que disponemos, está formado por millones de neuronas. Ahora bien, lo que determina cuán eficientemente funciona nuestro “disco duro” son las conexiones entre las neuronas o redes neuronales. Así, mientras más fuertes sean dichas redes o conexiones, mejor será nuestra capacidad de recordar, recuperar información, hacer inferencias y sacar conclusiones basadas en los datos almacenados y en los estímulos ambientales.
Dichas redes se fortalecen mediante el uso, por lo cual las palabras usadas con mayor frecuencia están conectadas más estrechamente con mayor cantidad de ramas en las redes. Entonces, cuando se activa una rama o se produce una conexión, ésta se propagará en todas direcciones, incrementándose todas las representaciones que se parecen fonológica, visual y semánticamente a la palabra buscada. La conclusión práctica es que mientras más usemos las palabras, mayor será la probabilidad de recuperarlas y de evitar el fenómeno de tenerlas en la punta de la lengua.
La clave para evitar esa frustrante sensación de tener una palabra en la punta de la lengua está en las redes neuronales. Hay que fortalecerlas manteniendo la mente activa, aprendiendo continuamente, interactuando socialmente y poniéndonos retos intelectuales. Si hacemos así, las redes fungirán de manera análoga a una malla elástica en la cual las palabras se proyectarán hacia afuera de nuestros labios con fluidez. Pero si no ejercitamos nuestro cerebro, dichas redes serán más bien como las redes de pesca, donde las palabras quedarán atrapadas en la punta de la lengua…

                                   Artículo sobre los vídeos 


Desde que nacemos nuestro cerebro está programado para almacenar. La memoria humana es insuperable, pero sólo utilizamos el 25%.  



miércoles, 21 de enero de 2015

                                                            ¿Y tú quién eres?

 
Esta película trata principalmente el tema del alzheimer y para ello utiliza el siguiente argumento:

La familia Rivero vive en Madrid y está a punto de irse de vacaciones, pero están pensando en dejar al abuelo Ricardo en una residencia debido a que es muy trabajoso estar pendiente de él por su enfermedad que es el alzheimer. Después de pensarlo detenidamente se deciden por dejarlo en una residencia durante su ausencia, pero su nieta Ana que está estudiando para las oposiciones de notaria, no está de acuerdo en dejarle en una residencia por lo que ella decide quedarse en Madrid estudiando para poder visitar a su abuelo y estar pendiente de él. Allí Ricardo conoce a Andrés su compañero de habitación que está obsesionado con coleccionar preservativos de todo el mundo aunque en realidad no los coleccione. Ana lo visita todos los días a la misma hora para cuidar de él. Ana se da cuenta de que le hace feliz cuidar a personas con alzheimer y por ello decide dejar las oposiciones, acto que hace enfadar a su padre ya que su sueño es tener una hija notaria. Ana hace regalos a su abuelo como un cojín para las almorranas y algunos dulces. Ricardo se da cuenta de que su nieta se esfuerza por cuidarle y decide hacerle un regalo. Sale sin permiso y se pierde por la ciudad sin dinero; esto provoca la preocupación de su familia, de su compañero de habitación y de el médico que se encarga de mantener su salud en buenas condiciones. Le encuentran en un bar por la noche y le llevan de nuevo a la residencia donde le espera su familia, pero han decidido llevarlo a casa por la poca seguridad que tiene la residencia. Al final, Ricardo le regala a su compañero Andrés el cojín que le regaló Ana como recuerdo. Una vez estando en casa con Ana pierde definitivamente la memoria ya que no reconoce a su nieta.


¿Y tú quién eres? - Cartel